el Madrid que me encuentro en el camino.

La puerta de atrás del Teatro Coliseum, el alma neoyorquino de la Gran Vía

[] La Gran Vía quería ser Nueva York. Sus teatros, también. El Coliseum es un buen ejemplo: guarda toda la esencia de una carismática sala neoyorquina de los años treinta. Inaugurado en 1931, ha sido cine la mayoría de su existencia, hasta que sufrió varias ampliaciones para vivir su edad de oro dando cobijo a los grandes musicales de Stage Entertainment. En el último año, el Coliseum, junto a su vecino Lope de Vega, ha pasado a ser propiedad de ARTERIA, una interesante red de teatros impulsada por la SGAE. Pero, a pesar del paso del tiempo, ahí sigue el teatro manteniendo su personalidad. Entrar en su hall es viajar a una hipnótica época. Incluso su puerta de atrás tiene carácter callejero de Gran Manzana.

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