1. Donde hoy se encuentra la vistosa farmacia del número 30 de la calle Princesa estaba La Casa del Duende. 2. Residencia muy conocida en los siglos XVIII y XIX porque, según cuenta la leyenda, estaba habitada por unos minúsculos duendes que hacían de las suyas a los inquilinos que se alojaban en el inmueble. Ningún huésped sobrevivía a las apariciones de estos traviesos enanitos. Todos huían. 3. Incluso la Inquisición tuvo que lanzar agua bendita sobre el edificio para terminar con los duendes. Finalmente, la casa fue derribada a mediados del siglo XIX. En su lugar, se construyó este edificio de viviendas. ¿Alguien ha visto algún duende por aquí?
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