el Madrid que me encuentro en el camino.

El cielo de Carmen Martín Gaite

[] A tres pasos del Pirulí, y casi frente a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, hay un piso alto que fue el hogar de Carmen Martín Gaite. Esta séptima planta cobijó, tras sus ventanas, a una de las miradas más lucidas y frescas de la última mitad del siglo XX. “Por aquí ha pasado todo el mundo, desde Martín Santos a Carlos Barral, de Sueiro a Fernández Santos, Aldecoa, claro, y Goytisolo, y Semprún, y Manolo Sacristán, además de Ferlosio... Todos acabábamos en esta casa”, decía Carmen, desde su cuarto de atrás, en una entrevista a El Cultural de El Mundo en 1999, justo un año antes de su muerte. Era la única superviviente de una generación de amigos que vivía por y para la literatura.

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